Objeto inanimado con relevancia e importancia simbólica.
La mayoría de los desaparecidos eran trabajadores. 112 eran periodistas. #NuncaMas
Entrevista al pañuelo de Azucena Villaflor, una de las madres de la plaza de mayo.
Hace 46 años en Argentina se instalaba el golpe de Estado más sangriento de la historia de nuestro país, que además de secuestrar y hacer desaparecer personas, robó ciento de bebés.
Esta etapa de la historia hizo nacer a unas luchadoras, mujeres que pedían por sus hijos, las llamaron las madres de plaza de mayo, para luego decirles abuelas.
Hoy 24 de Marzo para conmemorar el día de la verdad, la memoria y la justicia tenemos el agrado de entrevistar a un símbolo que las representa, el pañuelo de una de ellas, el de Azucena Villaflor.
- Hola pañuelo, bueno acá estamos después de tanta espera por esta entrevista. ¿Cómo estas?
Hola buenas tardes Marta y a toda la audiencia. Sí acá estamos, costo pero llegamos. Estoy bien, conmovido por la fecha, siempre me pasa, es un día de sentimientos encontrados.
- ¿Por qué las madres decidieron usar un pañuelo blanco para identificarse?
Mira para empezar debo aclarar que en sí yo no soy un pañuelo, soy el pañal de tela del hijo de Azucena, Nestor.
Cuando las madres decidieron ir a la peregrinación de Lujan se les presentó el problema de que no eran todas del mismo lugar, entonces les surgió la pregunta de cómo se iban a reconocer y ahí sin saberlo y por casualidad surgí yo, a Azucena se le ocurrió que seguro todas tenían guardado el primer pañal de tela de sus hijos, ya que en esa época se guardaba todo lo primero de ellos.
Ese pañuelo blanco fue entonces ni más ni menos un pañal de los hijos que ya no estaban, ese día nací como un símbolo que iba a ser imposible de ignorar y dio comienzo a una historia que hoy continúa.
- ¿Quién fue Azucena Villaflor?
Uff como explicarte quien fue. Para mí una gran mujer, quien harta de tanta mentira decidió que debían hacer algo, buscar respuestas de donde estaban su hijo y su nuera. Ella fue quien fundó lo que hoy conocemos como “abuelas de plaza de Mayo” convocando a las demás, que ya conocía por recorrer los mismos lugares, se las había cruzado en comisarías, juzgados, iglesias y más. La idea de organizarse y de reunirse en la plaza fue de Azucena, porque encerradas en una habitación nunca iban a ser escuchadas.
Como se conoce en la historia ellas no podían estar paradas ahí porque había Estado de sitio, debían circular y fue ella quien tomo a una de las demás madres del brazo y comenzó a caminar, diciéndoles a todas que las sigan, que vayan de a dos y en fila, sin detenerse y sin salir de la plaza, fue ahí como nació la marcha alrededor de la pirámide.
Ella fue la madre que marcó el camino, era una líder natural. Era como una gallina que cobijo a todas como si fueran sus pollitos… hasta cobijo a quien iba a ser su secuestrador. Que ironía no?
Te puedo decir también que Azucena fue una desaparecida hasta el 2005, en ese año se pudo comprobar que uno de los cadáveres enterrados en el cementerio de General Lavalle era el de ella.
- ¿Cuál fue el momento donde más valiente te sentiste?
Déjame pensar, hubo varios, pero creo que hay uno que me marcó. Frente a la visita de Terence Todman las madres salieron a la calle, todavía puedo sentir la fuerza con la que Azucena me agitaba, sus gritos diciendo que tenían hijos desaparecidos. Videla mandó a negociar si se retiraban, él prometía recibirlas, pero ellas no accedieron y pum!! Se lleno de militares que apuntaban con sus armas, pero les hicimos frente… Entonces ellos pidieron que apunten, y cuando dijeron eso gritamos “fuego”, y fue ese grito de fuego el que hizo que todos los periodistas que estaban para verlo al señor vinieran a ver quienes eran esas mujeres, esa acción sirvió para que saliéramos en muchos periódicos.
- ¿Y el que más te atemorizó?
Ese ni lo tengo que pensar, nunca me voy a olvidar ese 10 de diciembre de 1977 cuando se la llevaron a Azucena. Yo estaba con ella Marta.
Esa mañana ella salió ansiosa a comprar el diario, porque salía la solicitada con el nombre de los hijos desaparecidos, era un triunfo a pesar de todo. Volvió a salir de su casa antes de las nueve a hacer compras, recuerdo que le pregunto a su hija Cecilia que quería almorzar, ésta le contesto medio dormida que quería pescado, tomó su monedero y la bolsa para ir al mercado que estaba en la avenida Mitre, y fue ahí donde la agarraron.
Azucena intentó resistirse forcejeando y gritando, la golpearon para meterla en el auto, pero ella se tiro al suelo, nada de esto sirvió, los hombres fueron más fuertes, lograron llevársela.
No me pudo llevar con ella, quede tirado en esa esquina, hasta que me levantó Elvira, era la señora que ayudaba en la casa y me dejó en manos de Cecilia. Fue así que el trabajo de infiltración de Astiz, o como nosotros lo conocíamos “el rubito”, lograba capturar a la creadora de las madres de plaza de mayo, la misma que le había brindado su apoyo como una madre.
- ¿Pensaste que con el retorno de la democracia las cosas iban a cambiar?
Sí, pero fue una falsa ilusión. Creí que todo sería más fácil.
Pensé que la obligación pasaría a ser del Estado, y que el Estado haría lo que las madres venían haciendo y que lo de ellas pasaría a ser una colaboración. Que el Estado les devolvería a sus hijos y nietos.
- Quisieron declararte emblema o símbolo nacional, pero las madres se negaron. ¿Vos que pensas de esto?
Pienso que estuvieron bien en negarse. Yo no soy un símbolo nacional, soy un pañuelo que surgió de una lucha por los hijos desaparecidos, fui y soy un lazo de unión con ellos. Soy un casco de amor que contiene, un signo de esperanza, de dolor, de verdad, memoria y justicia. Soy una historia, presente y futuro.
- Por último, ¿preparado para la marcha de hoy? ¿Algo que decir?
Si, siempre, durante cuarenta y seis años, siempre estuve preparado para las marchas. Yo nunca deje de luchar, a Azucena se la llevaron pero yo seguí sus pasos gracias a su familia que nunca abandonó la lucha. Y en cada encuentro siento que ella sigue presente, que la represento. Además sigo porque tengo la asignatura pendiente de saber qué pasó con Néstor, se lo debo a ella.
Algo que decir, que te puedo decir. Siento orgullo de acompañar a estas mujeres que por amor salieron a buscar, desafiaron al miedo y al horror y en ese andar construyeron un movimiento que cambió la historia. No contaron los genocidas con la valentía de estas madres, y por eso intentaron callarlas. Mujeres con mayúscula que dieron y buscaron vida, y cuando desaparecieron ellas salieron los hijos a buscarlas.
Les agradezco porque a pesar del miedo y del dolor todos los jueves siguieron marchando, nunca bajaron los brazos en medio del terrorismo de Estado en donde las madres buscaban hijos y los hijos buscaban madres.
- Sin más que decir, solo agradecer tu presencia en este día y por tus palabras.
La mayoría de los desaparecidos eran trabajadores. 112 eran periodistas. #NuncaMas
Entrevista al pañuelo de Azucena Villaflor, una de las madres de la plaza de mayo.
Hace 46 años en Argentina se instalaba el golpe de Estado más sangriento de la historia de nuestro país, que además de secuestrar y hacer desaparecer personas, robó ciento de bebés.
Esta etapa de la historia hizo nacer a unas luchadoras, mujeres que pedían por sus hijos, las llamaron las madres de plaza de mayo, para luego decirles abuelas.
Hoy 24 de Marzo para conmemorar el día de la verdad, la memoria y la justicia tenemos el agrado de entrevistar a un símbolo que las representa, el pañuelo de una de ellas, el de Azucena Villaflor.
- Hola pañuelo, bueno acá estamos después de tanta espera por esta entrevista. ¿Cómo estas?
Hola buenas tardes Marta y a toda la audiencia. Sí acá estamos, costo pero llegamos. Estoy bien, conmovido por la fecha, siempre me pasa, es un día de sentimientos encontrados.
- ¿Por qué las madres decidieron usar un pañuelo blanco para identificarse?
Mira para empezar debo aclarar que en sí yo no soy un pañuelo, soy el pañal de tela del hijo de Azucena, Nestor.
Cuando las madres decidieron ir a la peregrinación de Lujan se les presentó el problema de que no eran todas del mismo lugar, entonces les surgió la pregunta de cómo se iban a reconocer y ahí sin saberlo y por casualidad surgí yo, a Azucena se le ocurrió que seguro todas tenían guardado el primer pañal de tela de sus hijos, ya que en esa época se guardaba todo lo primero de ellos.
Ese pañuelo blanco fue entonces ni más ni menos un pañal de los hijos que ya no estaban, ese día nací como un símbolo que iba a ser imposible de ignorar y dio comienzo a una historia que hoy continúa.
- ¿Quién fue Azucena Villaflor?
Uff como explicarte quien fue. Para mí una gran mujer, quien harta de tanta mentira decidió que debían hacer algo, buscar respuestas de donde estaban su hijo y su nuera. Ella fue quien fundó lo que hoy conocemos como “abuelas de plaza de Mayo” convocando a las demás, que ya conocía por recorrer los mismos lugares, se las había cruzado en comisarías, juzgados, iglesias y más. La idea de organizarse y de reunirse en la plaza fue de Azucena, porque encerradas en una habitación nunca iban a ser escuchadas.
Como se conoce en la historia ellas no podían estar paradas ahí porque había Estado de sitio, debían circular y fue ella quien tomo a una de las demás madres del brazo y comenzó a caminar, diciéndoles a todas que las sigan, que vayan de a dos y en fila, sin detenerse y sin salir de la plaza, fue ahí como nació la marcha alrededor de la pirámide.
Ella fue la madre que marcó el camino, era una líder natural. Era como una gallina que cobijo a todas como si fueran sus pollitos… hasta cobijo a quien iba a ser su secuestrador. Que ironía no?
Te puedo decir también que Azucena fue una desaparecida hasta el 2005, en ese año se pudo comprobar que uno de los cadáveres enterrados en el cementerio de General Lavalle era el de ella.
- ¿Cuál fue el momento donde más valiente te sentiste?
Déjame pensar, hubo varios, pero creo que hay uno que me marcó. Frente a la visita de Terence Todman las madres salieron a la calle, todavía puedo sentir la fuerza con la que Azucena me agitaba, sus gritos diciendo que tenían hijos desaparecidos. Videla mandó a negociar si se retiraban, él prometía recibirlas, pero ellas no accedieron y pum!! Se lleno de militares que apuntaban con sus armas, pero les hicimos frente… Entonces ellos pidieron que apunten, y cuando dijeron eso gritamos “fuego”, y fue ese grito de fuego el que hizo que todos los periodistas que estaban para verlo al señor vinieran a ver quienes eran esas mujeres, esa acción sirvió para que saliéramos en muchos periódicos.
- ¿Y el que más te atemorizó?
Ese ni lo tengo que pensar, nunca me voy a olvidar ese 10 de diciembre de 1977 cuando se la llevaron a Azucena. Yo estaba con ella Marta.
Esa mañana ella salió ansiosa a comprar el diario, porque salía la solicitada con el nombre de los hijos desaparecidos, era un triunfo a pesar de todo. Volvió a salir de su casa antes de las nueve a hacer compras, recuerdo que le pregunto a su hija Cecilia que quería almorzar, ésta le contesto medio dormida que quería pescado, tomó su monedero y la bolsa para ir al mercado que estaba en la avenida Mitre, y fue ahí donde la agarraron.
Azucena intentó resistirse forcejeando y gritando, la golpearon para meterla en el auto, pero ella se tiro al suelo, nada de esto sirvió, los hombres fueron más fuertes, lograron llevársela.
No me pudo llevar con ella, quede tirado en esa esquina, hasta que me levantó Elvira, era la señora que ayudaba en la casa y me dejó en manos de Cecilia. Fue así que el trabajo de infiltración de Astiz, o como nosotros lo conocíamos “el rubito”, lograba capturar a la creadora de las madres de plaza de mayo, la misma que le había brindado su apoyo como una madre.
- ¿Pensaste que con el retorno de la democracia las cosas iban a cambiar?
Sí, pero fue una falsa ilusión. Creí que todo sería más fácil.
Pensé que la obligación pasaría a ser del Estado, y que el Estado haría lo que las madres venían haciendo y que lo de ellas pasaría a ser una colaboración. Que el Estado les devolvería a sus hijos y nietos.
- Quisieron declararte emblema o símbolo nacional, pero las madres se negaron. ¿Vos que pensas de esto?
Pienso que estuvieron bien en negarse. Yo no soy un símbolo nacional, soy un pañuelo que surgió de una lucha por los hijos desaparecidos, fui y soy un lazo de unión con ellos. Soy un casco de amor que contiene, un signo de esperanza, de dolor, de verdad, memoria y justicia. Soy una historia, presente y futuro.
- Por último, ¿preparado para la marcha de hoy? ¿Algo que decir?
Si, siempre, durante cuarenta y seis años, siempre estuve preparado para las marchas. Yo nunca deje de luchar, a Azucena se la llevaron pero yo seguí sus pasos gracias a su familia que nunca abandonó la lucha. Y en cada encuentro siento que ella sigue presente, que la represento. Además sigo porque tengo la asignatura pendiente de saber qué pasó con Néstor, se lo debo a ella.
Algo que decir, que te puedo decir. Siento orgullo de acompañar a estas mujeres que por amor salieron a buscar, desafiaron al miedo y al horror y en ese andar construyeron un movimiento que cambió la historia. No contaron los genocidas con la valentía de estas madres, y por eso intentaron callarlas. Mujeres con mayúscula que dieron y buscaron vida, y cuando desaparecieron ellas salieron los hijos a buscarlas.
Les agradezco porque a pesar del miedo y del dolor todos los jueves siguieron marchando, nunca bajaron los brazos en medio del terrorismo de Estado en donde las madres buscaban hijos y los hijos buscaban madres.
- Sin más que decir, solo agradecer tu presencia en este día y por tus palabras.